La tierra charrúa está sumamente influenciada por la descendencia italiana, es muy visible en la arquitectura, en las pinturas y en muchas esculturas que nos fueron entregadas en el último tiempo. ¿Cómo hacemos para elegir solamente un objeto particular que sea capaz de transportarnos a la tierra romántica que tenemos en nuestro imaginario o en nuestras vivencias?
El arte que dice cosas
Vilda Espinosa, artista visual y artista plástica pudo hacerlo con la figura de Guglielmo Marconi, premio Nobel de Física y así obtuvo la fotografía ganadora por el Instituto Italiano de Cultura, que tenía como objetivo dar a conocer la incidencia de Italia en Uruguay, a través de monumentos, lugares y personajes que hayan dejado su huella en el país.
De la Basilicata, Italia hacia el resto del mundo
La artista fue criada con todas las costumbres italianas ya que su abuela emigró de la Basilicata a Montevideo y después de eso nunca pudo regresar. Desde chica aprendió italiano entre grandes comidas y saludos. Desde su juventud se sintió atraída por los tarros de pintura y pinceles y más adelante pasó del lienzo al click para detener momentos en el tiempo, aunque hoy son una combinación perfecta para poder potenciar sus sentidos y expresar sus sentimientos, como la artista expresa “capturar un instante y hacerlo eterno”. Entre tanta imagen, dio lugar a las letras y se formó como abogada, pero a la hora de profundizar eligió dar su interioridad al mundo.
La proyección internacional de su arte
Vilda Espinosa realizó diversos talleres en diversas ciudades para nutrir su arte de diversidad, como Montevideo, Buenos Aires, Nueva York, Florencia, Livorno, entre otras ciudades. Además, obtuvo varios premios en fotografía y su obra fue elegida para exhibir en Spazio Tadini en Milán y Festival Internacional de Colonia en Uruguay.
La elección de la fotografía
Cuando Vilda se enteró del concurso fue una manera de reivindicar sus raíces mediterráneas en su tierra local. Decidió fotografiar al ingeniero italiano Guglielmo Marconi. El mismo llegó al Río de la Plata en 1910. Fue conocido “como uno de los impulsores de la radio transmisión a larga distancia y por el desarrollo de un sistema de telegrafía sin hilos”. La fotografía fue tomada en la ciudad donde Espinosa vive, en la parada 10 de la playa Mansa, Punta del Este, que fue instalada por la comunidad italiana con un busto recordatorio en su presencia.
Darle vida a lo estático
La artista combinó la vista de Punta del Este con el busto de Guglielmo, para, de esta forma, dar vida a una mirada de mármol. Como artista plástica fue capaz de integrar sus dos pasiones en una sola, dándole vida a lo que podría parecer inerte, pero no lo es. Como ella misma plantea, al no poder reflejar la imagen lo que capta la retina, es necesario buscar formas de aportarle sentimientos.