Es el nombre de nuestra principal avenida. Es, también, uno de los días festivos más importantes de nuestro país. El 18 de julio es una efeméride importantísima de nuestra Patria, por ser el día en el que se juró la primera Constitución Nacional. Este acontecimiento tuvo lugar en el año 1830. En esta nota te queremos contar los pormenores de una vicenda histórica para nuestro país y un paso crucial para nuestra tradición democrática.
Uruguay, pequeño y aguerrido
El territorio de la Banda Oriental, que más tarde, con algunas modificaciones geográficas, se transformaría en el país que conocemos hoy, era pretendido, como bien sabemos, por muchos. En parte por sus extensos campos fértiles, excelentes para el cultivo, en parte por su puerto estratégico, y también por la diversidad de recursos comerciales que ofrecía su tierra virgen. Los habitantes de la Banda Oriental se defendieron durante décadas de los ajenos al territorio que pretendieron quedarse con él: españoles, ingleses, portugueses e incluso argentinos y brasileños. No debemos olvidar este escenario si queremos entender la relevancia de jurar nuestra primera Constitución Nacional.
La tan ansiada independencia
Las luchas entre vecinos rioplatenses por la posesión de la Provincia Oriental tenía implicaciones internacionales: los ingleses, por ejemplo, miraban desesperados para estas latitudes, porque los conflictos aparejaban también bloqueos económicos y comerciales que los perjudicaban. Por esta razón, decidieron mediar y enviar a Lord Ponsonby. Este enviado abogó por la idea de la independencia de la Provincia Oriental. A sus connacionales les convenía aplacar las tensiones entre Brasil y Argentina, quienes continuaban a disputarse nuestro territorio. Con la esperanza de reabrir sus viejas rutas de comercio y extender sus posibilidades de ríos navegables, los ingleses apoyaron las ya existentes tendencias independentistas de la campaña oriental.
Los albores de la Constitución
En 1828 se llevó a cabo la Convención Preliminar de Paz. El objetivo de la misma era terminar con los conflictos de la región. También concretizó la idea que propugnaban vehementemente los ingleses. En tal Convención se estableció la independencia del pueblo Oriental, aunque el documento presentaba algunos problemas. Uno de ellos era la extensión del territorio, que no estaba para nada clara. Más tarde, esto aparejaría nuevos problemas con los brasileños. La independencia implicaba la necesidad de tener una Constitución. En ese mismo año se estableció la Asamblea General Constituyente y Legislativa del Estado, cuya tarea era redactar el documento. Una misión larga y difícil que completó luego de dos años.
Nuestra primera Constitución
La jura de la Constitución fue una fiesta para todo el pueblo. El 18 de julio de 1830 se inició una procesión hasta la Catedral de Montevideo, donde el pueblo se convocó para una celebración religiosa. Más tarde, jurarían la Carta Magna en el Cabildo de Montevideo. La Constitución establecía, entre otras cosas, una estructura republicana que establecía la separación del poder estatal en tres poderes independientes: ejecutivo, legislativo y judicial. La Asamblea General Constituyente también participó de la reforma del Pabellón Nacional y de la creación del Escudo de Armas del Estado. La Constitución fue modificada en varias oportunidades. Su modificación más reciente y exhaustiva tuvo lugar en el año 1967, aunque existieron numerosas enmiendas posteriores. Con el transcurso de los años, y ajustándose a las exigencias de los nuevos tiempos, se volvió más extensiva en materia de derechos. A pesar de no ser perfecta y de constituir un primer ensayo de una democracia recién nacida, no podemos olvidarnos de que fue un paso imprescindible en el camino hacia nuestra soberanía.
